En este mundo del Arte Marcial los que llevamos mucho tiempo años inmersos en él nos conocemos ampliamente, si no en el plano personal, si en el plano de la trayectoria profesional seguida.

No hablaremos, al menos esa es mi profunda intensión, de la mala semilla, de lo negativo, sino de lo positivo y de las persona que lo realizan, destacando lo esencial y a la vez profundo de las virtudes de las Artes.

Todos los que estamos en el DO (Camino) de las Artes Marciales desde hace años empezamos un día determinado en ellas por muy diversas razones como lo son: la búsqueda de una defensa personal afectiva para a través de ella encontrar una confianza personal ante este mundo tan violento, adquirir un acondicionamiento físico, liberarnos de nuestros complejos, emular a otras personas, querer saber que hay, tras ese mundo que nos presenta como enigmático; y así podríamos dar un sin fin de motivos. Una vez pasada esa primera etapa de los años del comienzo surgen temas más complejos y no cabe duda que más importante para nuestra formación personal.

La ética e imagen que proyectamos hacia los demás es un tema preocupante, recordamos la frase “el camino de la razón culmina en la ética” y trataremos de entender la ética como escala de valores…

Si, como en escala de valores, principios reconocidos y sinónimos de Moral de los actos humanos, todos debemos realizar la revolución interior, poner en práctica la ética en general como parte de la Filosofía que trata de la Moral y de las obligaciones del hombre, del hábito del uso y de la norma en la vida, a todo maestro, pero aún mas al Maestro de artes marciales, compete especialmente poner en acción la Ética Profesional como lugar interior que el hombre lleva en sí mismo ante su actitud personal y de la cara a la sociedad.

El maestro debe pensar que su comportamiento siempre estará en el punto de mira del alumno, de otros maestros, o simplemente del hombre común en la faceta que se ha elegido en la vida, su actitud debe corresponderse en todo momento con el nivel de imagen que proyecta.

Esto, por supuesto, es difícil, incluso a veces utópico, pero precisamente el Maestro está acostumbrado a la dificultad a lo largo de su trayectoria diaria.

Pensemos todos que a través de su ética personal el Maestro de Artes marciales está considerado en la sociedad según la filosofía que divulga y que encierra las artes que representa.

O sea que la imagen que proyectamos en el espejo de la vida será el espejo que el alumno mire para asemejar su imagen en la nuestra.

Entonces: que encierra la palabra maestro llamada en diversas artes sensei, guru, sifu, sabon, etc.

MAESTRO, ALGO MAS QUE UNA PALABRA “Aquel que lo sabe todo le queda mucho por aprender”

La palabra “Maestro” encierra en su significado más que instructor, más que profesor, inmensamente más que lo que se pueda leer en un diploma.

El se maestro no es solamente lograr el título de Maestro-Entrenador Nacional. Este es más bien un entrenador deportivo, por lo tanto llamarse Maestro es una prepotencia.

El maestro no es solo el que transmite unos conocimientos técnicos, sino el que demuestra ser ejemplar en su manera de ser, estar y comportarse en la vida con una ética profesional y humana.

Cuantos se esconden tras este título, las Artes Marciales tienen una especial predisposición para ello y es muy frecuente que, tras el alto grado, un traje y un cinturón se pueda falsear si no se demuestra con acciones, pero como dice la frase, se puede engañar a unos pocos por un tiempo pero no a todos todo el tiempo, hasta el mismo alumno se dará cuenta, ellos lo que engañan son los primeros en saber su falsedad.

Como dice el dicho popular la velocidad de demuestra andando y el Maestro lo debe de demostrar en el Tatami, aunque excepcionalmente esto puede percibirse o transmitirse sin acciones ni palabras.

Solo algunos escogidos llegan a hacer suyo el sentido de esta palabra. “El alumno puede perder de vista a su maestro, pero no olvidarlo”. De lo anteriormente expuesto deducimos la importancia del Maestro ante la sociedad y en particular ante el alumno individual.

El maestro no es meramente físico y técnico que se limita a enseñar una disciplina, es alguien que influye en la actitud ante la vida del alumno. En los tiempos que corren hay muchos instructores y pocos maestros.

El alumno trata de asemejarse al maestro siguiendo sus pasos, debemos cuidar que ellos sean los correctos para que ambos recorran en el Do de la superación física y mental, que es el fin, la meta que deseamos todos alcanzar.

“El Maestro coloca al alumno ante el espejo y luego le empuja a través de él” –L.J. Lazarin